Es jóven, pero muy inteligente, es torpe, pero valiente, no es un soldado, pero sabe pegar tiros si hace falta, es romántico, pero la tragedia siempre se ha cernido sobre su vida sentimental. En Stargate SG-1, Daniel Jackson es un arqueólogo más parecido a los de verdad, sin látigo ni ese aura de malote seductor con barba sin afeitar. Es la pizca de lógica y cordura en un universo loco lleno de alienígenas y peligros, de artefactos y ruinas mitológicas, de dioses y civilizaciones perdidas.
Daniel es esa parte de ti que cree en algo que poca gente cree, y que se esfuerza por demostrar su existencia, es sobre todo el personaje que arroja luz y nos explica los misterios y enigmas de las civilizaciones alienígenas, pero sobre todo es un defensor del valor de los humanos y de nuestro pequeño planeta azul. Sin él los Go´aul hubieran conquistado la galaxia más de una vez y Til´C, O´Neil y Carter estarían más fríos y tiesos que la puerta de la Antártida. Eso no quita claro está, que a veces meta la pata hasta al fondo pecando de demasiado prudente, demasiado bueno o demasiado patoso.
Un hurra por Michael Shanks y éste inolvidable personaje.
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