No sé si es mi manga favorito, pero está claro que sí lo es su autor, el mangaka Naoki Urasawa, que también entusiasmó a medio mundo con otras obras como la grandísima Monster o la divertida Yawara, por citar algunas.
20th Century Boys comienza a finales de los 60-principios de los 70, en la temporada de la expo mundial de japón del año 1970, y nos narra las aventurillas de un grupo de chavales japoneses quienes se reúnen en su "base secreta" para contarse cosas. Un día se inventan, a modo de juego, una historia que ocurriría en el futuro, en la cuál la tierra se vería amenazada por una serie de peligros y gente malvada, y cómo ellos, los héroes, la salvarían, e incluso se inventan un símbolo, una especie de ojo fusionado a un dedo.
Muchos años después, esta historia parece quedar olvidada por aquellos chavales que ahora son hombres y cuyo carácter y vidas han cambiado enormemente. El líder del grupo, Kenji, trabaja en una tienda con su madre mientras cuida de la pequeña Kanna, la hija de su desaparecida hermana mayor. Kenji recuerda con nostalgia aquellos años pasados a veces, sobre todo cuando soñaba con ser un estrella del rock aporreando su guitarra favorita. Pero un día, descubre que uno de sus amigos de la infancia ha sido asesinado, y que todo parece involucrar a una misteriosa secta y su líder, un hombre con supuestos poderes que responde al nombre de "Amigo" y cuyo rostro nadie jamás ha visto. Pero lo más extraño es que esta secta lleva como símbolo aquel que él mismo y sus amigos de infancia e inventaron, y lo más aterrados: todas las cosas que se inventaron empiezan a cumplirse una tras otra, llevando al mundo entero hacia el caos. Y esto, sólo es el principio...
La historia como véis promete, los saltos entre líneas de tiempo son constantes (algo que ocurre por ejemplo en Perdidos últimamente), ya que nos narran las épocas de los 70, los 80, el inicio del siglo 21 y el futuro cercano. Resulta increíble el ritmo narrativo y sobre todo la profundidad de unos personajes a los que coges un cariño inmenso, pues vas contemplando como viven de niños, adolescentes, adultos e incluso ya ancianos. Tanto éxito ha cosechado esta obra que incluso en japón preparan una película: veremos en qué queda.
