Ojos de insecto. El hombre tras la cortina. El hombre que siempre tiene un plan. Benjamin Linus es a menudo sinónimo de problemas, odio y repulsa para los pasajeros del vuelo 815 a lo largo de la serie LOST. Y no es para menos. Ya desde pequeño apunta maneras con ese aspecto de Harry Potter que potencialmente puede ser un Voldemort. A menudo parece ser más frío que el hielo, aunque sabemos que tiene su corazoncito (muy enterrado, eso sí), y no parece importarle utilizar cualquier vida, cualquier ser, con tal de cumplir con sus planes maestros.
Pero lo mejor de todo es que Ben Linus no es un tipo alto, ni fuerte, ni tiene superpoderes. Sus armas son su serpentina y mordaz lengua y su intelecto, es un hombre astuto y tan manipulador que te enreda con sus mentiras de forma que aún cuando crees que estás haciendo algo por tu propia voluntad en realidad estás haciendo justamente lo que él espera, lo que él quiere que hagas. Ahora bien, la pregunta es... ¿Ben es realmente un villano? Se suele regir por el lema "El fin justifica los medios. Y parece que sus acciones son malvadas y egoístas, pero tal vez no sea todo lo malo que los espabilados guionistas de Perdidos quieren hacernos creer. De todos modos, yo no me fiaría de él, porque Ben siempre está donde quiere estar, y a menos que seas tan "especial" como John Locke, es probable que su hipócrita sonrisita sea lo último que veas en tu vida.
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