Desde que hace dos años asistí, durante el Videogames Live en Leipzig, al tema principal del juego en versión orquesta, las ganas de jugarlo me carcomían por dentro. Una de las secuelas más esperadas, y no es para menos ya que Starcraft fue durante mucho tiempo el rey de los juegos de estrategia, en algunos aspectos bastante superior a Warcraft y Warcraft II. ¿Ha merecido la pena la espera?
La respuesta es sí, sin duda, a pesar del gran "timo" que nos quiere colar Blizzard, vendiendo el juego en 3 partes, con mucha separación de tiempo entre las mismas además (esto me recuerda a las sagas que últimamente sacan en el cine, separadas entre sí por meses). Starcraft II parte argumentalmente de Brood War, y su calidad técnica es bastante alta, a pesar de que (¡bendito Asgard!) han dejado intacta la jugabilidad, y la interfaz y manejo de unidades es prácticamente la misma que en el anterior juego (a pesar de que tenga muchos años). Toda una lección de como innovar y sacar un juego actual sin cargarse lo que lo hizo único y especial. Y la calidad de las animaciones en video es, como suele ser costumbre en Blizzard, soberbia (insértese aquí momento Zeratul y Reina de Espadas-Kerrigan).
Wings of Liberty es la primera entrega, en la que controlaremos a los Terran, liderados por Jim Raynor, rebeldes al Dominio y al tirano Emperador Mengsk, al que planean derrocar mientras sobreviven a un nuevo ataque del enjambre Zerg o libran disputas contra los Taldarin (la versión taliban de los Protoss). Pero hay mucho más detrás, una amenaza de proporciones cósmicas... Dentro de aproximadamente año y medio verá la luz el segundo capítulo, Heart of the Swarm (centrado en los Zerg), y posteriormente, el tercer y último, Legacy of the Void (dedicado a los Protoss). Hasta entonces... ¡En Taro Tassadar!
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