Ayer fui por fin a ver la última película del estudio Pixar, y antes de verla no podía evitar acordarme de la vychisousse de rata del Monkey Island 2. Los que hayan jugado me entenderán.Lo que puedo decir de ella es que se han vuelto a superar a sí mismos. Ratatouille es sin duda una gran película, con tramos realmente bellos, ya no solo por la calidad de la animación (soberbias expresiones faciales e increíble velocidad de movimiento de Remie, la rata protagonista), y los modelos y escenarios en 3d, sino por lo que se cuenta y cómo se cuenta.
El argumento parece simple: una rata francesa tiene un gran sentido del gusto y el olfato, además de una enorme pasión por la cocina de los humanos. Tras una serie de sucesos, esto le llevará a colaborar estrechamente con Lingüini, un chico recién contratado como limpiador en un famoso restaurante de París, para que éste llegue a ser todo un maestro de la cocina.
No nos engañemos, la película hay que verla con ojos soñadores de cuento, pero si nos dejamos llevar enseguida nos sumergiremos en la fantasía del argumento, sin mucho esfuerzo además (aquí una gran labor de los guionistas). Ratatouille es ante todo una fábula sobre la comida, el arte y la vida, sobre perseguir un sueño o hacer lo que a uno se le da mejor, y nos invita a quitarnos los prejuicios a la hora de juzgar algo por su origen o en este caso, el ser que lo ha creado. Juzguemos la obra, no el autor.
En definitiva, una película totalmente recomendable que nadie debería perderse, ni siquiera los que piensen que el cine de animación es para niños, pues esta película es para todos. A destacar la frase final del crítico Ego.
Ya estoy deseando ver Wall-E.
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