Dicho esto, podemos pasar a valorar la película: como adaptación, la verdad que aceptable, con ese toque psicodélico sesentero y futurista al mismo tiempo, lleno de color y sobre todo velocidad, con toques muy propios del manga y el sello "Wachosky", con tiempos bala incluídos que agradarán o incordiarán a más de uno. Los actores correctos, a destacar cómo no, John Goodman, y como curiosidad el papel de Mathew Fox (Dr. Jack en Perdidos), cuyo personaje, Racer X, tiene su carismilla.
Pero eso sí, como película es prácticamente un despropósito... tiene todo un aire "raro", sobrado de un arte digital que canta más que Chikilicuatre, un argumento previsible a más no poder y alguna que otra escena absurda y estúpida. El resultado es mediocre, la película además es muy larga, y pese a que aunque entretener, entretiene, acabas terminando cansado de tanta carrera que además marea. Para carreras me quedo con la de la Amenaza Fantasma o cualquier persecución de coches de los 70.
Y ahora digo yo... ¿para cuando una película de los Autos Locos? :P
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