miércoles, 3 de junio de 2009

I, Deception



Podía ponerme a canturrear la canción de Dark Tranquility, pero este post no va por ahí. Quién más y quien menos ha sufrido en sus carnes desilusiones y palos de todo tipo, aunque nada como la Decepción (con mayúscula). Así que pongámonos en situación y analicemos tres ejemplos diferentes.

-Ejemplo 1-

Amigos de hace años, pero cuya amistad nunca ha sido demasiado profunda a pesar del tiempo y los intentos para que así fuera. Se puede suponer que estarán a la altura cuando se les necesite, pero más allá de los gustos comunes no hay mucho en lo que poder contar con ellos, así que no se ofrecerán a ayudarnos precisamente cuando tengamos problemas, es más, quizás hasta nos eviten para no tener que "cargar" con ellos, o den la excusa de que ellos (o "todo el mundo") tienen también problemas y no piden ayuda. Qué ejemplo de fortaleza. La Decepción llegará a su punto más alto cuando comprobemos que además no existe ni la confianza suficiente como para ser sinceros con ellos, por lo que cualquier crítica negativa será intolerable y casi seguro pone fin a la "amistad".

En este ejemplo común, la Decepción es considerable, pero debemos verlo por el lado bueno, pues aunque algo tarde, hemos logrado salir de una falsa amistad que realmente no nos aportaba nada, así que no merece la pena sentirse mal por ello.



-Ejemplo 2-

Amistades nuevas y recientes, que parecen tenernos un afecto considerable, que nos muestran una entrañable cara que nos hace ilusionarnos, incluso puede darse el caso de que nos toquen en el plano sentimental, pero algo no cuadra porque a pesar de decirnos lo mucho que nos aprecian, no muestran interés real por nosotros. La Decepción alcanza su cumbre cuando comprobamos el gran número de mentiras que nos han contado y aún es mayor al descubrir la burla que nos han profesado en compañía de otros de su clase y a nuestras espaldas, divirtiéndose así a costa nuestra, por ser confiados e ingenuos y tener sentimientos.

Este ejemplo es muy doloroso porque a esa nueva persona se la coge mucho cariño pronto debido al mutuo buen rollo inicial, es muy fácil ilusionarse. Pero lo que fácil viene, fácil se va, así que lo mejor es cortar de raíz toda relación una vez descubiertos los engaños, y ya el tiempo sanará las heridas.




-Ejemplo 3-

Uno mismo. Ponerse unas metas increíblemente altas, poseyendo un ideal y unas ambiciones enormes, deseos de fama, gloria y reconocimiento, a través de campos que pueden ir desde el dibujo, la literatura o la música, o incluso otros más corrientes como poseer un negocio propio de éxito, una novia increíblemente atractiva, un trabajo envidiable de sueldo aún más envidiable o una familia modelo. Esta es la Decepción más feroz, ya que nos destruye totalmente y nos anula como personas, pues no sólo hace que podamos estar persiguiendo fantasmas eternamente y sueños que nunca serán cumplidos (caminos que incluso pueden no ser los que deberíamos tomar), sino que al exigirnos tanto a nosotros mismos, todo lo que alcancemos fuera de esas metas nos parecerá insuficiente, llegando a veces hasta menospreciar a otras personas, trabajos o logros que deberían ser mejor valorados.

Este último ejemplo provoca un eterno estado de auto-depresión y auto-frustración, ya que a menudo soñamos con altas metas pero no hacemos el esfuerzo o ponemos los medios para alcanzarlas. La única salida es conseguir valorar lo que ya se tiene y se va logrando, esforzarse realmente por perseguir un sueño realizable, reducir algo la ambición (y posible codicia y avaricia) y sobre todo, tener más humildad y humanidad. No se trata de ser conformista, sino de ser consecuente con lo que somos y lo que podemos alcanzar a través de nuestros actos.



-Conclusiones-

A menudo lo más triste de las Decepciones no son las decepciones en sí, sino el entorno que nos rodea.

En el último ejemplo, influye el entorno. Si tienes una edad y no estás casado, si no tienes hijos, si no tienes un trabajo "importante", parece que no eres nadie y morirás solo, que se te pasará el arroz, etc etc. Es bastante horrible que la sociedad a menudo nos condicione tanto a la hora de cómo vivir nuestras vidas, como es horrible que precisamente sintamos tanta Decepción hacia nosotros mismos cuando no cumplimos con eso que muchos llaman "lo correcto".

Como dice Benjamin Button: "Nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para ser quienes queremos ser". Pero nadie puede (ni debería) decirte quién eres. Es algo que debes descubrirlo por ti mismo.

En los dos primeros ejemplos, parece que tengamos que ser desconfiados y no ser cariñosos con los demás para evitar la Decepción. ¿Pero desde cuando ser cariñoso, sociable, amistoso...es algo malo? Es cierto que hay que tener más cabeza a la hora de contar intimidades o a la hora de valorar a las personas como realmente se merecen, pero tampoco hay que generalizar. El cariño y el amor nunca son nocivos, y si por darlos nos hacen sufrir o se ríen de nosotros, eso sólo sacará la verdadera naturaleza de cada uno. Los lobos no pueden estar demasiado tiempo disfrazados de corderos... Y es que no hay mayor Decepción que ser una mala persona.

En fin, que hay que recordar esta máxima universal: El Tiempo pone a cada uno en su sitio.

4 comentarios:

Laura dijo...

http://mundokillo.com/comunidad/chico/Immolatus/

¿Eres tú? :(

Zayral dijo...

Pues en su día era yo, hace ya mucho, ¿por? ¿y esa cara tristona? :O ¿Quién eres? XDDD Es un misterio todo...

Anónimo dijo...

aaah las decepciones, están ahí por algo...

Anónimo dijo...

pues sí, las verdades acaban saliendo a relucir...
y cada decepción tiene un motivo, un porqué que en parte se halla dentro de quien la vive.