Con una infancia marcada por la inusual muerte de su madre y con un padre autoritario que quiere que sigan sus pasos, no es extraño que los hermanos winchester hayan hecho de "La Caza" su forma de vida. Armados con sal, talismanes vudú, atizadores de hierro y lo que haga falta, salen con su flamante Impala a la carretera en busca de seres sobrenaturales que amenazan a la población de toda clase de pueblos y ciudades. Sí, son unos auténticos héroes. Pena que también sean responsables de ciertos cataclismos. Aunque tranquilos, que ahí están los buenos de Bobby o Castiel para salvar el día (y sus traseros también).
Dean es la acción, el hermano sobreprotector, el ligón juerguista, el guerrero atormentado por excelencia. Sam por su parte es la estrategia, la planificación, la fe, el personaje que busca salvar a los demás y redención para sí mismo. Aunque lógicamente, como hermanos que son, a menudo hay momentos en los que uno asume el papel del otro. Juntos se atreven con todo: Espíritus alérgicos a la sal y al hierro, vampiros en peligro de extinción, cierto demonio poderoso de ojos amarillos, ángeles, y hasta algún que otro dios pagano (impagables los episodios del Trickster).
Lo que está claro es que una vida así no puede llevarles a nada bueno. La Caza es algo arriesgado, peligroso, desolador, y a medida que pasas más tiempo cazando, tu propio ser cambia, tu alma se tuerce. Y los hermanos Winchester llevan ya mucho, mucho tiempo cazando... Quién sabe, a lo mejor al final se encuentran con Dios. Al Diablo ya lo tienen muy visto.
Un hurra para Jensen Ackles y Jared Padalecki, sin los cuales los hermanos Winchester no serían lo mismo.
Dean es la acción, el hermano sobreprotector, el ligón juerguista, el guerrero atormentado por excelencia. Sam por su parte es la estrategia, la planificación, la fe, el personaje que busca salvar a los demás y redención para sí mismo. Aunque lógicamente, como hermanos que son, a menudo hay momentos en los que uno asume el papel del otro. Juntos se atreven con todo: Espíritus alérgicos a la sal y al hierro, vampiros en peligro de extinción, cierto demonio poderoso de ojos amarillos, ángeles, y hasta algún que otro dios pagano (impagables los episodios del Trickster).
Lo que está claro es que una vida así no puede llevarles a nada bueno. La Caza es algo arriesgado, peligroso, desolador, y a medida que pasas más tiempo cazando, tu propio ser cambia, tu alma se tuerce. Y los hermanos Winchester llevan ya mucho, mucho tiempo cazando... Quién sabe, a lo mejor al final se encuentran con Dios. Al Diablo ya lo tienen muy visto.
Un hurra para Jensen Ackles y Jared Padalecki, sin los cuales los hermanos Winchester no serían lo mismo.
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