domingo, 1 de junio de 2008

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Indy ha sido siempre uno de mis personajes cinematográficos favoritos. Arqueólogo, aventurero, fastidia-nazis, algo descarado y sobre todo, un hombre que no se rinde nunca, ya sea a la hora de buscar reliquias extravagantes, desmontar sectas o frustrar planes de inmortalidad.


¿Qué podemos esperar de una secuela de la tan famosa trilogía casi 20 años después? Visto el cine actual, quizás poca cosa, pero lo cierto es que la película consigue en algunos tramos teleportarnos a los años 80, con numerosos guiños a la saga, la música de John Williams, el recuerdo de Sean Connery y Denholm Elliott flotando en el aire, la reaparición de Karen Allen, tumbas, malos malosos con intenciones de dominación mundial...y Cate Blanchett, que como siempre borda su papel. Claro está que lo más importante de la película es Harrison Ford, que aunque está ya mayorcito y lo traten como tal y se rían de ello en la película, el hombre aún puede patear a algunos rusos malos, huir a toda pastilla por la selva o pegar brincos látigo en mano. Qué sería de esta saga sin él.



Pero también tenemos bastantes defectos en el film. De primeras, en el título hay dos cosas falsas: No hay ningún reino, ni la calavera es de cristal, y si nos ponemos pedantes Indiana se llama Henry Jones JUNIOR (se echa de menos a Sean Connery llamándole así). Hablando en serio, el tema en sí de la película se ha visto muy enturbiado por cierta obsesión personal de Steven Spielberg que es recurrente en muchos de sus films, quizás hubiera estado más acertado otro guión y otra reliquia mítica, aunque a su favor he de decir que no es mucho más fantástico que un arca con el poder de dios o un grial que te hace inmortal, por mucho que a veces parezca que vayan a aparecer Mulder y Scully.

Hay demasiada acción, los personajes rodean simplemente a indiana jones y algunas situaciones son totalmente inverosímiles (véase nevera o el momento tarzan) y no hay demasiada trama sobre los rusos en sí. Quizás algo más encaminado al tema de la guerra fría de la época hubiera estado más acertado. Y además, se abusa nuevamente de los efectos digitales, esos que a Lucas le entusiasman tanto (como esos roerdocillos graciosillos, sello personal sin duda), pero que a menudo cansan o hasta empiezan a ser repetitivos.



Conclusión: Buena película de aventuras, entretenida y de lo mejor del cine actual, pero desde luego inferior a la trilogía de los 80.

No hay comentarios: