Hay series míticas de la infancia, y en cuanto al anime japonés, ésta es una de ellas. La obra de Masami Kurumada, algo simple gráficamente, recoge las aventuras de los caballeros del zodíaco, capaces de despertar el cosmos en su interior para combatir a sus enemigos en un singular duelo.
Poco más se puede decir de esta serie, con fans y críticos por doquier, es cierto que es repetitiva y que los personajes resucitan mil veces, que Seiya termina siendo odioso, pero... que levante la mano quien no le sale la lagrimilla nostálgica cuando rememora los helados golpes de Hyoga con su polvo de diamantes o la cólera del dragón de Shiryu, ni que decir tiene de los carismáticos caballeros de oro.
Para la próxima entrega, izamos velas al viento y nos ponemos un sombrero de paja.
Poco más se puede decir de esta serie, con fans y críticos por doquier, es cierto que es repetitiva y que los personajes resucitan mil veces, que Seiya termina siendo odioso, pero... que levante la mano quien no le sale la lagrimilla nostálgica cuando rememora los helados golpes de Hyoga con su polvo de diamantes o la cólera del dragón de Shiryu, ni que decir tiene de los carismáticos caballeros de oro.
Aunque sin duda lo más atrayente de esta serie son la cantidad de personajes basados en la mitología griega (aunque hay otros sacados de más mitologías). ¡Dame tu fuerza, pegaso!
Para la próxima entrega, izamos velas al viento y nos ponemos un sombrero de paja.
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