Si con No es país para viejos los coen se fueron por derroteros oscuros de metraje extraño y a veces aburrido, con esta película han dado un giro total. Quemar Después de Leer es una comedia imprescindible, con puntos trágicos e incluso con algo de suspense, una parodia sobre espías mezclada con un poco de relaciones de pareja y desastrosas vidas cruzadas.
El metraje no es excesivo y aunque cuesta arrancar, no será difícil empezar a sonreir o reirnos de las absurdas situaciones y vivencias de los protagonistas, un grupo de gente en principio normal pero muy estúpida. Malkovich está en su salsa, haciendo de espía en bajos momentos y de carácter insoportable, Clooney es quizás el más flojo y Swinton es el punto de razón y normalidad (aunque de genio terrible). Sobre todo destaca el personaje de Brad Pitt, un perfecto imbécil inocente y bonachón, que tiene uno de los puntos más álgidos de toda la película, así como Frances McDormand, que representa a esas mujeres maduras solteras que quieren encontrar aún el amor y se obsesionan con su aspecto, pero capaz de darle a su personaje un tono muy divertido sin caer en dramatismos, algo que es general en el enrevesado argumento lleno de coincidencias imposibles.
No es una obra maestra del género, pero desde luego uno sale del cine riendo y es de los mejores estrenos del año.
No es una obra maestra del género, pero desde luego uno sale del cine riendo y es de los mejores estrenos del año.
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