Es algo conocido por cualquier persona que salga de noche un fin de semana. En mi caso, las veces que he salido por el centro de barcelona, plaza cataluña, barrio gótico, las ramblas...
Se podrían llegar a contar las veces y veces que se nos acerca un extranjero, un inmigrante, ofrecíendose a calmar nuestra sed con una cerveza por un módico precio. Aquí podríamos ponernos irónicos: Gente de países pobres ofreciendo bebida a la gente de los países ricos, cuando en realidad ya nos estamos bebiendo sus economías, sus vidas. Claro que ahora no toca ponernos utópicos ni moralistas. Es un negocio, nocturno, callejero, pero como siempre, no existiría la oferta si no hubiera demanda.
En el programa callejeros hicieron un reportaje en madrid y allí los chinos ofrecían hasta comida caliente a altas horas de la mañana, efectivo para los hambrientos noctámbulos, pero ¿hasta que punto esto es legal, hay condiciones de sanidad? Claro que si nos ponemos tikismikis, en cualquier sitio se puede infrigir las normas sobre la compraventa de alimentación y ni enterarnos, ni siquiera un Dia o Mercadona cualquiera está libre de sospecha.
Este pasado sábado pude contar 19 veces que me ofrecieron cerveza con un simple "¿Servesa Biar?, y otras noches la cifra ha subido ha 28. La rechacé ese mismo número de veces cada vez, aunque alguna noche, quién sabe. Quizás me tome una birra a su salud, y bien seguro que mis euros les vendrán bien. Quid pro quo. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario